¿Nunca os habéis preguntado qué pensará la gente de vosotros?
No hablo de amigos o familia, gente que nos conoce de sobra, sino de esa gente
que nos cruzamos de forma totalmente ordinaria e insignificante. Desde pequeña
esto me ha llamado mucho la atención: cada día podemos ver alrededor de unas 50
caras nuevas diferentes sin expresar atención alguna, pero que en verdad, es
algo mágico que tiene este mundo lleno de personas humanas y a priori,
racionales.
Pensadlo: desde siempre nos han dicho que no hablemos con extraños.
Por eso, es normal, que si no conocemos a alguien en el trabajo o en clase, no
nos juntemos con ellos; pero por ejemplo, sí nos sentamos al lado de un
completo desconocido en el autobús o en el metro o compartimos alguna mirada o
sonrisa con algún compañero de vagón. ¿Verdad? ¿Habías caído en la cuenta? ¿Te
parece interesante? Sigamos.
El transporte público es algo conocido por todos y muy
normal, pero, qué me decís de ir a ver una película, a un restaurante o mucho
más alucinante, coger un avión. Tengo mucha suerte porque desde pequeña he
viajado a menudo en este medio de transporte y siempre me ha parecido
increíble que 300 personas que no se conocen de nada, se hayan puesto de
acuerdo para coger el mismo avión, de la misma compañía, a la misma hora, al
mismo minuto y al mismo destino pero quizá, eso sí, con motivos diferentes. Solo
por esto, las conexiones y relaciones entre humanos me parecen completamente
fascinantes.
Lo mismo pasa con una película en el cine. Hay un montón de
cines, de películas y de sesiones, y a lo mejor, un martes de diciembre a las
18:52, unas setenta personas hemos decidido ir a ver la misma película. Y lo
mejor de todo es la diversidad: hay jóvenes, familias, ancianos. Cada uno de
ellos, escondiendo una historia tras su rostro, pero que en ese momento, todos
tenemos un presente de nuestra historia en común. Precioso, ¿eh?
Incluso a veces pienso sobre a lo que se podrían dedicar
esas personas compañeras de avión, cine o metro. Por eso me pregunto si a
alguien le habrá pasado conmigo. Algo que nunca sabré, porque desgraciadamente,
todavía no se lleva eso de hablar con gente que no conoces, aunque igual
deberíamos probarlo, quizá nos estamos perdiendo de conocer a alguien que es
igual que nosotros, o totalmente diferente. Por eso habría que descubrirlo.
Viva la humanidad, sobre todo en estos tiempos.
Y ahora contadme, ¿alguien más se ha planteado esto o soy
yo, que estoy demasiado loca?
Besos.-