viernes, 28 de octubre de 2016

Disparos con tu esencia

Quedan trozos de pizza del día de ayer y nuestra ropa está esparcida por el suelo; los muros de esta habitación han sido testigos de toda nuestra historia, de cómo nos hemos armado de valor dejando atrás cualquier otra cosa que no fuese tú o yo; que hemos decidido que la vida es más bonita si miramos a la luna tumbados el uno junto al otro y que, deseamos más que nada, alargar esta noche y que, aunque sea solo hoy, nunca salga el sol.
Desearía haberme quedado junto a ti toda mi vida, no haberme despertado de ese sueño, porque sin ti, no soy yo; porque sin tu mirada, mis ojos no ven nada; porque sin tu voz, mis oídos no escuchan más que truenos y porque sin tus manos, no consigo guiarme por mí misma a lo largo de mi cuerpo.

Encontré en ti mi refugio, mi lugar, mi meta: eso que llevo buscando toda la vida; eso que pensé que nunca iba a encontrar, y es que apareciste cuando más lo necesitaba, cuando estaba a punto de rendirme, cuando pensaba que nadie en el mundo estaba hecho para mí.

Pero ahora te has ido, no sé dónde estás, te has difuminado, como un tren que sale de la estación sin previo aviso, dejando solo una humareda como recuerdo; te has ido como esa tormenta que solo se mantiene en dos pequeñas gotas que siguen intactas en mis gafas. Has sido como un disparo, siendo rápido y directo, dejando una consecuencia y un dolor incontrolable e inevitable. Esta vez me han disparado y ha ido directo al corazón.

A ti también te han disparado, pero has sabido huir a tiempo.

Menos mal que estas cuatro paredes me recuerdan cada instante que lo que ha pasado no es un sueño, que es real. Todavía está tu reflejo en mi ventana; y tu olor en el ambiente; tu voz es la melodía que me acompaña cada día y tu cara es el cuadro que está de forma permanente en lo más interno de mi sien. Y es que has hecho de mi vida, una obra de arte. Me has sacado de esta triste tragedia. Y aunque ya no estemos juntos, tu esencia sigue en mí. Como el primer día. Como el último. Como siempre.

C.-

No hay comentarios:

Publicar un comentario